Vino al mundo extraño mayo
a traerle tu existencia;
no estás aquí porque sí,
estás porque siendo ausencia,
su primavera,sin ti,
añoraba tu presencia.
Flor de fuego, flor de nieve;
eres aroma de campo,
libertad que se percibe,
insólita flor que vive
zambullida en el asfalto.
Con tu delicado olor
unges al mudo su herida;
mi puñadito de vida,
pincelada de color,
la del pincel del amor,
en un lienzo negro y blanco;
a mi jardín te trasplanto,
ñora que adereza el alma,
¡oh! flor de agitada calma,
soberana del encanto.
M. Lobato
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