Qué hago con este amor que tengo
y nadie necesita;
mañana cerraré mi mano,
sellaré mis labios,
cegaré mis ojos,
dejaré mi corazón secarse al sol
sobre la arena de mi desierto,
y seguiré caminando a
tientas
el resto de mis pasos…
sin dolor,
sin esperanza;
pero nadie podrá decir que no lo intenté.
Ni siquiera tú.
M.
Lobato
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