Cuando ya te has
dejado tantas veces
la piel por el camino,
hasta tener el alma en carne viva,
qué más da una vez más.
Abrígate con ella y no te hieles,
duerme tranquila;
por última vez lo haré por ti,
volveré a tragar saliva,
y nunca, nunca más
tendrás que echarme de tu vida.
Manuel Lobato
No hay comentarios:
Publicar un comentario