Inventaré un abecedario nuevo,
para poder pintarte con palabras;
pero ahora respeta el silencio de mis ojos,
que sólo quieren mirarte.
Inventaré una caria distinta,
para cada rincón de tu piel interminable;
pero ahora permite a mis manos inmóviles,
que tiemblen posibilidades.
Inventaré caminos para recorrerte,
cuando mis labios se atrevan
a llegar hasta los tuyos;
pero ahora consiénteme soñar distancias por ti rotas.
Inventaré un alma infinita,
donde sólo quepas tú,
cuando sepa lo que estoy sintiendo;
pero ahora deja que sólo te mire… y me lo crea.
Porque aún no estoy seguro
de que puedas existir,
fuera de un sueño perfecto.
Quizás, no creo en Dios lo suficiente.
M. Lobato
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